Hay muchos que a espaldas murmuran y arrojan ponzoña,buscando, envidiosos, arruinar la obra que ni han conocido.¿Habrá quien pretenda que tantas y tan arduas cosas
puedan escribirse conforme al arbitrio de otros,
cuando tantos cuidados y búsquedas ellas exigen
y no hay muchos que quieran sufrir tamaños desvelos?¿Cómo podrá ser buen juez y censor perito el que nada conoce plantas, ni vio nuestros libros, ni ha sabido de nuestros trabajos y fatigas duras?
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