Soy un prisionero de esta weblog, qué le importa al cybermundo que sea un preso de conciencia, un preso megaparalítico. Aquí me tienen encerrado, en un penal donde nadie me visita.
Los gráficos, lo gráfico, las palabras, son como barrotes y las ganzúas que me liberan, las metáforas son números, yo soy un número, tatuado en un site.
No hay cartas solidarias en mi favor, nadie pide que se me libere, los comentarios están vacíos.
Estoy condenado a escribir esto, sin espacio alguno entre ustedes. Mi código ya no es genético: mi sangre, tan debilitada como esta página en blanco, como esta página desconocida, no me pertenece. Ya no soy un hombre...qué imagen de mí?
Mentalmente prisionero, una papelera, no me reconocen.