Rectius vives, Licini, neque altum
semper urgendo neque, dum procellas
cautus horrescis, nimium premendo
litus iniquum.
auream quisquis mediocritatem
diligit, tutus caret obsoleti
sordibus tecti, caret invidendas
obrius aula.
saepius ventis agitatur ingens
pinus et celsae graviore casu
decidunt turres feriuntque summos
fulgura montis.
sperat infestis, metuit secundis
alteram sortem bene preparatum
pectus. informis hiemes reducit
Iuppiter, idem
summovet. non, si male nunc, et olim
sic erit: quondam cithara tacentem
suscitat Musam neque semper arcum
tendit Apollo.
rebus angustis animosus atque
fortis appare; sapienter idem
contrahes vento nimium secundo
turgida vela.
Vivirás mejor, Licinio, si no te adentras
siempre en alta mar ni, por miedo a las tormentas,te aproximas demasiado a la costa.
Los que prefieren la mediocridad dorada
encontrarán abrigo y se hallarán a salvo
del precario techo en ruinas y de la envidia de los salones.
Al pino muy alto el viento lo sacude más;
la torre elevada se derrumba con estruendo;
el rayo alcanza las cumbres más altas de las montañas.
En los desastres, el carácter bien dispuesto espera,
y en la bonanza se prepara para el cambio de suerte.
Es natural que un inverno duro llegue y se vaya.
Lo malo no perdura.
Apolo tensa unas veces el arco de la guerra,
pero otras empuña su cítara para despertar a la música.
Sé valiente y alegre en la adversidad,
pero cuando el viento sopla demasiado favorable
el sabio se apresta a recoger las velas.