01 septiembre 2008

Un día en la Ópera (1935)

Groucho Marx: Haga el favor de poner su atención en la primera claúsula porque es muy importante. Dice que… “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contartante de la primera parte.” ¿Qué tal? Está muy bien, ¿eh?
Chico Marx: No, eso no está bien.
Groucho Marx: ¿Por qué no está bien?
Chico Marx: No lo sé. Quisiera volver a oirlo.
Groucho Marx: Dice que…“La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contartante de la primera parte.”
Chico Marx: Esta vez parece que suena mejor.
Groucho Marx: : A todo se acostumbra uno. Si usted quiere lo leo otra vez.
Chico Marx: Tan solo la primera parte.
Groucho Marx: ¿Sobre la parte contratante de la primera parte?
Chico Marx: No sólo la parte de la parte contratante de la primera parte.
Groucho Marx: Dice que… “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte y la parte contratante de la primera parte será considerada en este contrato…” Oiga ¿por qué hemos de pelearnos por una tontería como esta? La cortamos.(rasgan una parte del contrato)
Chico Marx: Sí, es demasiado largo. ¿Qué es lo que nos queda ahora?.
Groucho Marx: Más de medio metro todavía…”La parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte.”
Chico Marx: ¡Eso sí que no me gusta nada!
Groucho Marx: ¿Qué le encuentra?
Chico Marx: Nunca segundas partes fueron buenas.
Groucho Marx: El otro día vi un partido de fútbol y la segunda parte fue mejor que la primera. Le pegaron al árbitro y todo.
Chico Marx: ¡Eh, escuche! ¿Por qué no hacer que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?
Groucho Marx: Pues, eh… en vez de discutir que le parece a usted si…(rompen otra parte del contrato)
Chico Marx: Bien.
Groucho Marx: Aquí hay una cláusula que le va a volver a usted loco de alegría, ya lo verá.
Chico Marx: No, no me gusta.
Groucho Marx: ¿Qué es lo que no le gusta?
Chico Marx: Sea lo que sea, no me gusta.
Groucho Marx: Bueno no vamos a romper nuestra vieja amistad por una cosa sin importancia. ¿Listo?
Chico Marx: ¡Listo!(rompen otra parte del contrato)Ahora en esta parte que sigue hay algo que no le gustará.
Groucho Marx: Bien, su palabra es suficiente para mi.(Rompen otro trozo de contrato)Dígame, ¿la mía es suficiente para usted?
Chico Marx: ¡Desde luego que no!
Groucho Marx: Bueno quitemos un par de claúsulas. (Siguen quitando trozos al contrato)“La parte contratante de la octava parte…”
Chico Marx: ¡No!
Groucho Marx: ¿No?
Chico Marx: ¡He dicho que no!
Groucho Marx: La parte contratante de…
Chico Marx: ¡No!, esto tampoco, no… Oiga, ¿cómo es que mi contrato es más pequeño que el de usted?
Groucho Marx: No lo sé. Seguramente será por que usted es más chico que yo. De todos modos estamos de acuerdo, ¿verdad?
Chico Marx: Sí, eso sí.
Groucho Marx: Entonces ponga usted su firma ahí y así el contrato será legal.
Chico Marx: Me olvidé decirle que no sé escribir.
Groucho Marx: Oh, es igual. La estilográfica no tiene tinta. Pero el contrato está hecho, ¿no es eso?
Chico Marx: ¡Ah, claro!
Groucho Marx: Nos obliga un contrato, aunque sea muy pequeño.
Chico Marx: Espere, espere. ¿Qué es lo que dice aquí en esta línea.
Groucho Marx: Oh, eso no es nada. Una cláusula común a todos los contratos. Solo dice.… dice… ”si se demostrase que cualquiera de las partes firmantes de este contrato no se haya en el uso de sus facultades mentales, quedará automáticamente anulado en todas sus cláusulas.”
Chico Marx: Pero yo no se si…
Groucho Marx: No se preocupe, hay que tomarlo en cuenta en todo contrato. Es lo que llaman una cláusula sanitaria.
Chico Marx: Ja, ja, ja… no me diga que ahora tenemos que vacunarnos.
Groucho Marx: (Dándole la flor del ojal de su chaqueta) Tenga, se la ha ganado por idiota.
Chico Marx: Gracias