"Nada puede ser lo contrario de la infinitud que no es factible nombrar; la infinitud no es un todo al que sea dable oponerle su parte; tampoco es licito desgajarle una parte; la infinitud no es ni grande, ni minuscula, ni nada de cuanto tiene nombre debajo del cielo o encima de la tierra". Lo dijo Nicolas de Cusa.
Kolakowski, manifiesta en "Tratado sobre la mortalidad de la razon": "No se puede comparar el lenguaje con un cristal transparente a traves del cual pudieramos observar el reino "objetivo" de la realidad".
Hofmannsthal, propone: "Quiero decir que la lengua en la cual me seria dado, quizas, no solo escribir sino tambien pensar, no es latin, ni ingles, ni italiano, ni espanol, sino una lengua de la que no conozco ni una palabra, una lengua en la que me hablan las cosas silenciosas y en la que algun dia tal vez deba, desde el fondo de la tumba, justificarme ante un juez desconocido".
HILARIO BARRERO, (leanlo), aduce: "Enemigo yo mismo en mi propia batalla". Lo que me recuerda a Lope de Vega, -"yo solo soy mis libros, mis acciones"-a la inquisicion o disquisicion a la que todo escritor se ve enjuiciado o desquiciado, radiografiado en la extenuacion, en la teoria fantastica de su propio sudor, de su cerebro.