Hoy en día, un socialista se encuentra en la situación de un médico que ha de tratar a un paciente que apenas tiene esperanzas de curación. En calidad de médico, su deber es mantener vivo al paciente, y asumir, por tanto, que el paciente tiene al menos una posibilidad de recuperarse. En calidad de científico, su deber es hacer frente a la realidad, y admitir, por lo tanto, que el paciente probablemente ha de morir sin remedio. Nuestras actividades como socialistas sólo tienen sentido si asumimos que es posible establecer el socialismo, pero...