Los malos días
Hoy siento las gafas demasiado grandes; y derrumbadas, contemplo el mundo con
ombligo monocular. No vengan a decirme las aceras sus ansias de semáforo, ni arrojen vagabundos, con
su verbo encarnecido y su aire embotellado.
Que no me engañen los cielos pintándose nubes.
El ojo clínico nunca ganó al microscopio.
Hoy no me sirven las recetas los oníricos doctores, ni iré a la consulta de
psiquiatras enamorados - que nunca recetaban nada -.
No voy a construirme un viento en la ventana, me parece perverso intentar volar
como un pájaro.
Los asesinos se mueren, en un mal día.
Las palabras se mudan.
Hoy es posible que encuentre una muerte que quiera charlar un rato.
(de www.cielosdecarton.blogspot.com))
Cuando un poeta tiene y se le reconoce una voz propia asistimos a un hecho irrepetible o al magisterio de una sucesion repetida de hechos: el aprendizaje de una lengua que a su vez ya fue domada por otro poeta. Que uno de los tonos de Benjamin nos recuerden al mejor Girondo significa que la genesis del lenguaje poetico tiene su continuacion en los lectores profundos, esos lectores potenciales que acaban convirtiendose en escritores seguros, en poetas seguros. Pero en Benjamin hay algo mas que Girondo, una poetica sentimental minimalista, y por minimalista entendemos la atencion prestada a esas cosas que apenas tienen importancia, leed el verso: "No voy a construirme un viento en la ventana", un verso que podia pasar desapercibido, por la apariencia de "facilidad" y "sencillez", y que constituye todo un microcosmos poetico, una poetica y una estetica, una finisima vision, microvision a primera vista que nos desemboca hacia el pensamiento infinito, el choque de dos elementos "aparentemente" insulsos, cotidianos, "normales", que son como signos de admiracion sobre una pagina en blanco.
Y es que Ben es uno de los pocos poetas actuales que sorprenden.
En esta ocasion "el ojo clinico si que gano al microscopio".