08 junio 2004

meta volante

Hay quien dice que en la carrera de la literatura se debe mantener la regularidad para llevarse el triunfo, la constancia, el sacrificio, el sudor frente al escritorio y pedalear sobre el boligrafo para alcanzar una meta volante -parecida al filme del mago del suspense, "Con la muerte en los talones", "Marnie, la ladrona", a partes iguales con Kubric y su "Espartaco", "La ultima tentacion de Cristo" y "La pasion" de Gibson, no Ian Gibson, sino Mel-.
Y tiene merito, porque no es comodo hacerse kilometros y kilometros de papel sentado sobre un sillon incomodo, con la espalda arqueaday asqueada frente a la presion, doblemente doblada por los perseguidores propios y ajenos: la comunidad, los recibos, el manager, fans facturas que te van a la zaga.
Y la cadena engrasada, la tinta que a veces, por el frio invierno se congela, tiene que hacer funcionar el engranaje de forma perfecta...
Y pasar estas dificultades cada dia, de forma rutinaria, sufriendo, para alcanzar la cima de un capitulo, la contrarreloj de un verso...demasiada vuelta...