EL VIEJO AL QUE LE GUSTABA VER “MAZINGER Z”
Para Vicente y Aurora
-Qué razonamiento hay detrás del nombre “Chogokin Z” (Aleación Z),
Que se convirtió eventualmente en el nombre del producto?
-Es porque la Z es la última letra del alfabeto. Quería que el nombre abarcara en su significado la idea del arma final al igual que el robot final. Eso, combinado, con el hecho de que un robot como ese no estaría construido de una aleación regular, sino de una aleación especial. Por eso simplemente se me ocurrió el término aleación chogokin. Quería presentar una razón convincente de por qué el robot era tan resistente. Esto se justifica cuando se sabe que está hecho de este material. Era resistente y no podía ser destruido dado que estaba hecho de una aleación que anteriormente no existía.
-Sr. Nagai, todos sus robots, desde “Mazinger Z” hasta “Grendizer” tienen puños voladores. Cómo se le ocurrió esta idea de los “puños cohete”?
-Bien...Es porque yo soy muy perezoso! (se ríe). Sería estupendo poder agarrar cosas que están lejos mientras uno está tranquilamente sentado. Además, al disparar los puños, te puedes mantener en tu propia zona de seguridad. Yo creo que este concepto le resultaría muy interesante a los niños. El golpear a alguien es una cosa, pero dentro de cierta distancia te podrían golpear también a ti. Yo pensé que disparar los puños y atacar al enemigo desde afuera, lejos de su alcance, sería muy satisfactorio! (se ríe)
(Entrevista realizada a Kiyhioshiy Nagai, “Go” Nagai”, “mangaka”, creador de “Mazinger Z”, el 22 de Octubre de 1.987, en Ciudad Takadanobaba, Tokio, Japón)
-Para estudiar la palabra “Mazinger” primero debemos convertirla a su forma original japonesa: “Majinga”, un término que está compuesto por tres “kanjis” (sílabas derivadas del chino con un significado muy concreto). Estas tres sílabas son “Ma”, “Jin” y “Ga” y significan, respectivamente, “Demonio”, “Dios” y “Piloto”. De este modo, jugando con el significado de los tres “kanjis”, y con un poco de imaginación al estilo oriental, podemos llegar a la conclusión de que “Mazinger” es un robot tan poderoso que puede comportarse como un Dios o como un Demonio, dependiendo de quien lo pilote. Además, estas son las palabras que le dice a su nieto Koji el Doctor Kabuto, momentos antes de morir, para explicarle lo que es y significa ese enorme robot (ver capítulo 1)
-Precisamente las relaciones entre el piloto y su herramienta robot se plantean como una relación entre rostro y máscara. Mazinger es el primer robot protagonista privado de facultades propias: todo es obra del piloto, el legendario robot puede actuar como “bueno” o “malo”, según quien lo conduzca...Esta propuesta causa un perturbador desdoblamiento sicológico que desestabiliza la personalidad de Mazinger, dando lugar al primer héroe abiertamente esquizofrénico de la historieta. La moraleja más sencilla y habitual es que el género “mecha” pretende decirnos que la tecnología es neutra, que depende de su uso. En la saga de Nagai, esta idea se refuerza gracias a otra innovación, su desintegración ya no sicológica sino corporal. La característica más popular del Mazinger es su sistema de defensa: al grito de Puños fuera! Las manos se separan de su cuerpo propulsadas como un misil contra el enemigo para reincorporarse posteriormente a sus brazos. Mientras su compañera Afrodita, pilotada por Sayaka Yumi, ofrece una versión androide de la guerrera amazona disparando sus tetas, motivo por el cual Mazinger Z fue condenada por el Opus Dei en España. Divisible y reintegrable, el robot no es más que un simple mecano, producto del ensamblaje...Según Helen McCarthy: Mazinger introdujo un nuevo elemento en el tema del robot.Postulaba una unión fisiológica, casi síquica, entre la máquina y su piloto. Bien el creador del robot, bien el mismo robot, “escogía” o “era unido por el destino” a su joven compañero...Esta relación tan personal tenía su costo: el cuerpo del piloto podía sentir cada ataque al robot, y su dedicación a la causa de la justicia creaba a veces problemas en su vida cotidiana y en las relaciones con sus amigos. En conclusión, a pesar de todas las precauciones, finalmente el dueño corre el peligro, atrapado por la doble personalidad de su marioneta. (BREIXO)
A los pocos años del nacimiento del manga moderno, nace una de sus secuelas, la animación para televisión o cine, a lo que los japoneses llaman “Anime”.
A veces cuando digo “Puños fuera”
el tiempo como un Telefunken pasa:
que cante un japonés el día que muera
el himno del “anime” por mi casa.
Oh pócima de cátodos frustrados
al elixir de juventud fracasa
la serie de dibujos animados.
Es bueno que los justos siempre ganen
es bueno que los malos sean castrados
con la censura, donde nunca sanen.
Aún tengo las respuestas, los colores,
los huecos donde las palabras manen
quizá como el robot, tecnicolores,
juguetes de las épocas seniles,
pues gritan contra el tiempo sus valores,
como los artilugios infantiles,
efectos especiales de justicia:
a lápiz son lanzados los misiles,
los que combaten la maldad ficticia.
Si pierdo, que me entierre quien me escucha
con lo que mi vejez recuerda y vicia,
que pueda con la calma debilucha,
que pueda convertirlo en mi costumbre,
que pueda con mi nana ir a la lucha,
echar los rayos por la boca o lumbre,
como Mazinger Zeta, la maldad.
Y derrotar lo incierto, certidumbre.
Porque yo fui pequeño y mi verdad.
Porque cuando coincido con mi infancia
intuyo que un robot no tiene edad.
Y sí capítulos en abundancia.