Yong-kia: No tengo tiempo que perder.
El problema de la vida-muerte es demasiado importante.
Nuestra existencia es efímera y cambiante.
Hui-neng: ¿No has realizado el principio del no-nacimiento,
que resuelve el problema de la impermanencia?
Yong-kia: Cuando se ha realizado el no-nacimiento
y se ha captado en su carácter súbito el aquí y el ahora,
ya no hay nada.
Hui-neng: ¡Eso es! ¡Eso es!
La otra conversación que mantuvieron fue cuando inmediatamente Yong-kia decidió marcharse:
H: ¡Te marchas muy deprisa!
Y: ¿Cómo habría rapidez, si desde el origen no hay movimiento?
H: ¿Quién te dice que no hay movimiento?
He aquí otra opinión de la mente.
Y: Eres tú quien ha creado una diferenciación.
H: Has comprendido realmente el principio del no-nacimiento.
Y: ¿Tiene un sentido el principio del no-nacimiento?
H: No, no hay significado, ni siquiera del no-nacimiento.
Y: Si no hay significado, no hay nadie para comprenderlo.
H: Tampoco comprender tiene significado.
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