30 agosto 2008
29 agosto 2008
Vertical 286 Blog
Para que la ausencia se acomode
El silencio se desplaza. Para comprobar que existo aún. Para que la ausencia se acomode. En lo profundo del propio desdén. O en su equilibrio. Como cuando me universo. Como cuando me doy vuelta. Como cuando nadie, ni yo, me pensaría. Tan íntima la cierta forma. La pausa del golpe. El pequeño mundo, así, arrinconado. ¿Dónde se está de más? ¿Dónde desvivirlo todo?
Jaén, 23.8.08 Posted by Josef Mielczarczyk
Como cuando me universo.
Hay letras que se han formado con la misma combinatoria normal que usa lo cotidiano. Si todos practicamos el mismo alfabeto, idéntica gramática, ¿de dónde surge la maravillosa forma?, ¿de la improvisación de la sorpresa? Nace de leer, de asimilar lo que en otros hemos sido lectura. Josef Mielczarczyk hipersensibiliza a Juarroz, Gelman, Girondo, los metafísicos ingleses y el siglo áureo: un "uni-di-verso". Muchos en mucho.
¿Dónde se está de más? ¿Dónde desvivirlo todo?
Jaén, 23.8.08 Posted by Josef Mielczarczyk
El silencio se desplaza. Para comprobar que existo aún. Para que la ausencia se acomode. En lo profundo del propio desdén. O en su equilibrio. Como cuando me universo. Como cuando me doy vuelta. Como cuando nadie, ni yo, me pensaría. Tan íntima la cierta forma. La pausa del golpe. El pequeño mundo, así, arrinconado. ¿Dónde se está de más? ¿Dónde desvivirlo todo?
Jaén, 23.8.08 Posted by Josef Mielczarczyk
Como cuando me universo.
Hay letras que se han formado con la misma combinatoria normal que usa lo cotidiano. Si todos practicamos el mismo alfabeto, idéntica gramática, ¿de dónde surge la maravillosa forma?, ¿de la improvisación de la sorpresa? Nace de leer, de asimilar lo que en otros hemos sido lectura. Josef Mielczarczyk hipersensibiliza a Juarroz, Gelman, Girondo, los metafísicos ingleses y el siglo áureo: un "uni-di-verso". Muchos en mucho.
¿Dónde se está de más? ¿Dónde desvivirlo todo?
Jaén, 23.8.08 Posted by Josef Mielczarczyk
Allá van los viejos héroes
TRIBUNA: Antonio Jiménez Barca
Antonio Jiménez Barca 23/08/2008
Pertenezco a una generación que limita al norte con los del Mayo de 68 y al sur con los mileuristas, que empezó a leer con la políticamente incorrecta cartilla Palau (la de la "n" con la "e", "ne", de "negro") y a distinguir la izquierda de la derecha en Barrio Sésamo. Éramos muchos siempre en todas partes: en los columpios, en el colegio y en el instituto, y aprendimos para qué servía de verdad leer gracias a una serie de libros que siempre había por casa, de nombre abstruso y empresarial de tres sustantivos seguidos como un trallazo: Colección Historias Selección.
Se editaron entre mediados de los cincuenta y principios de los ochenta, constaban de tres páginas de texto ("de letra", decíamos) y una cuarta de dibujo e incluían los retratos de los personajes en el lomo formando una tira de cuatro, como en el fotomatón. Cada volumen consistía en una traducción y reducción del original, a veces rebuscada, chapucera e inmisericorde. Pero eran tiempos duros (la "n" con la "e", "ne", de "negro"), así que nos lanzábamos por ellos como sólo puede hacer uno cuando tiene trece años.
Ahora Zeta Bolsilllo ha reeditado algunos. Tal y como eran entonces. Con los mismos dibujos. Con los mismos textos. Y lo primero que hice cuando me enteré de que se vendían fue lo que cualquiera habría hecho en mi lugar: correr a casa y subirme a una silla parar buscar en lo alto de la estantería, y buscar y ojear yo solo, a resguardo de mis hijos pequeños y de mi infancia, los cinco o seis ejemplares que aún conservo. Mi favorito siempre fue la novela Aventuras de un soldado de Napoleón, pero se perdió en alguna mudanza. Sin embargo encuentro Aventuras del mundo submarino, que no era una novela sino un libro de historia de la ciencia, que siempre me pareció un pestiño y que no sé ni quién me lo regaló ni por qué insiste tanto en permanecer a mi lado.
Mi segundo favorito era Los tres mosqueteros. Aún lo tengo: roto, pintado, releído muchas veces: "D'Artagnan embistió a D'Jussac. El joven gascón peleaba como un tigre furioso, dando diez vueltas en derredor de su adversario...".
Subido a la silla recuerdo que a esa edad uno leía guiado por el más puro, egoísta y exigente instinto de placer, que no valían recomendaciones ni intermediarios ni recompensas: no se leía para aprender, sino para sentir. Por eso, en cuanto el libro dejaba de gustarte lo abandonabas a la mitad en cualquier parte sin ningún remordimiento y a otra cosa. Pero si te gustaba, lo que abandonabas en cualquier parte era el resto del mundo a fin de hacer sitio para concentrarte en lo que importaba. Esto es leer de verdad. Para eso sirve leer. A eso me refería antes.
Dice Jaime Gil de Biedma en el ensayo Al pie de la letra que uno tiene toda la vida para saborear En busca del tiempo perdido o Guerra y paz, pero muy pocos años para leer La mina de la pradera o Entre apaches y comanches. Si no lo haces entonces no lo harás jamás. Es cierto. A todos nos ha pasado. Un día creces, y entras en la biblioteca de siempre y compruebas con orgullo que te pertenece casi por entero, que todos los libros de adultos se encuentran por fin a tu alcance. A cambio, descubres que los libros de aventuras de la sección juvenil ya no son para ti, que ése era el precio que había de pagar. Al principio compensa. Al principio.
Los dejo arriba en la estantería y me bajo de la silla. Allá van los viejos héroes, pues, a darse de leches otra vez con los otros libros en la mesa de novedades. La editorial Zeta Bolsillo ha rescatado una docena de títulos (Tom Sawyer, Sandokan, Moby Dick...) y sacará más si el público responde bien. No lo tienen fácil. La competencia es dura, con Harry Potter y los excelentes libros juveniles que ahora se editan. Me da la impresión de que marchan hacia una derrota segura, de que no aguantarán, de que acuden algo desvalidos al combate sin los modernos diseños de ahora, de que se presentan inermes a la rebatiña de las ventas y las compras.
Pero conviene no menospreciar a los viejos héroes. Entre la docena de títulos reeditados se encuentra, cómo no, Los tres mosqueteros. Miro hacia lo alto de la estantería y me dan ganas de guiñarle un ojo. A pesar de todo, tienen una oportunidad. Y sabrán aprovecharla. Porque sólo yo sé lo que ha soportado ese libro, lo que me ha gustado. Créanme si les digo que es un superviviente nato. No se ha rendido jamás: "A D'Jussac le costaba muchísimo defenderse de su adversario. D'Artagnan era listo y ágil y atacaba por todas partes a la vez...".
Antonio Jiménez Barca (Madrid, 1966)
es autor de la novela policiaca Deudas pendientes (El Tercer Nombre).
Antonio Jiménez Barca 23/08/2008
Pertenezco a una generación que limita al norte con los del Mayo de 68 y al sur con los mileuristas, que empezó a leer con la políticamente incorrecta cartilla Palau (la de la "n" con la "e", "ne", de "negro") y a distinguir la izquierda de la derecha en Barrio Sésamo. Éramos muchos siempre en todas partes: en los columpios, en el colegio y en el instituto, y aprendimos para qué servía de verdad leer gracias a una serie de libros que siempre había por casa, de nombre abstruso y empresarial de tres sustantivos seguidos como un trallazo: Colección Historias Selección.
Se editaron entre mediados de los cincuenta y principios de los ochenta, constaban de tres páginas de texto ("de letra", decíamos) y una cuarta de dibujo e incluían los retratos de los personajes en el lomo formando una tira de cuatro, como en el fotomatón. Cada volumen consistía en una traducción y reducción del original, a veces rebuscada, chapucera e inmisericorde. Pero eran tiempos duros (la "n" con la "e", "ne", de "negro"), así que nos lanzábamos por ellos como sólo puede hacer uno cuando tiene trece años.
Ahora Zeta Bolsilllo ha reeditado algunos. Tal y como eran entonces. Con los mismos dibujos. Con los mismos textos. Y lo primero que hice cuando me enteré de que se vendían fue lo que cualquiera habría hecho en mi lugar: correr a casa y subirme a una silla parar buscar en lo alto de la estantería, y buscar y ojear yo solo, a resguardo de mis hijos pequeños y de mi infancia, los cinco o seis ejemplares que aún conservo. Mi favorito siempre fue la novela Aventuras de un soldado de Napoleón, pero se perdió en alguna mudanza. Sin embargo encuentro Aventuras del mundo submarino, que no era una novela sino un libro de historia de la ciencia, que siempre me pareció un pestiño y que no sé ni quién me lo regaló ni por qué insiste tanto en permanecer a mi lado.
Mi segundo favorito era Los tres mosqueteros. Aún lo tengo: roto, pintado, releído muchas veces: "D'Artagnan embistió a D'Jussac. El joven gascón peleaba como un tigre furioso, dando diez vueltas en derredor de su adversario...".
Subido a la silla recuerdo que a esa edad uno leía guiado por el más puro, egoísta y exigente instinto de placer, que no valían recomendaciones ni intermediarios ni recompensas: no se leía para aprender, sino para sentir. Por eso, en cuanto el libro dejaba de gustarte lo abandonabas a la mitad en cualquier parte sin ningún remordimiento y a otra cosa. Pero si te gustaba, lo que abandonabas en cualquier parte era el resto del mundo a fin de hacer sitio para concentrarte en lo que importaba. Esto es leer de verdad. Para eso sirve leer. A eso me refería antes.
Dice Jaime Gil de Biedma en el ensayo Al pie de la letra que uno tiene toda la vida para saborear En busca del tiempo perdido o Guerra y paz, pero muy pocos años para leer La mina de la pradera o Entre apaches y comanches. Si no lo haces entonces no lo harás jamás. Es cierto. A todos nos ha pasado. Un día creces, y entras en la biblioteca de siempre y compruebas con orgullo que te pertenece casi por entero, que todos los libros de adultos se encuentran por fin a tu alcance. A cambio, descubres que los libros de aventuras de la sección juvenil ya no son para ti, que ése era el precio que había de pagar. Al principio compensa. Al principio.
Los dejo arriba en la estantería y me bajo de la silla. Allá van los viejos héroes, pues, a darse de leches otra vez con los otros libros en la mesa de novedades. La editorial Zeta Bolsillo ha rescatado una docena de títulos (Tom Sawyer, Sandokan, Moby Dick...) y sacará más si el público responde bien. No lo tienen fácil. La competencia es dura, con Harry Potter y los excelentes libros juveniles que ahora se editan. Me da la impresión de que marchan hacia una derrota segura, de que no aguantarán, de que acuden algo desvalidos al combate sin los modernos diseños de ahora, de que se presentan inermes a la rebatiña de las ventas y las compras.
Pero conviene no menospreciar a los viejos héroes. Entre la docena de títulos reeditados se encuentra, cómo no, Los tres mosqueteros. Miro hacia lo alto de la estantería y me dan ganas de guiñarle un ojo. A pesar de todo, tienen una oportunidad. Y sabrán aprovecharla. Porque sólo yo sé lo que ha soportado ese libro, lo que me ha gustado. Créanme si les digo que es un superviviente nato. No se ha rendido jamás: "A D'Jussac le costaba muchísimo defenderse de su adversario. D'Artagnan era listo y ágil y atacaba por todas partes a la vez...".
Antonio Jiménez Barca (Madrid, 1966)
es autor de la novela policiaca Deudas pendientes (El Tercer Nombre).
28 agosto 2008
27 agosto 2008
26 agosto 2008
25 agosto 2008
24 agosto 2008
Li Po
“Caen las flores, corre el agua, todo se va sin dejar huella. /Es éste mi universo, diferente del mundo de los hombres”.
23 agosto 2008
22 agosto 2008
Ch'éng Hao, también Ming-tao (1032–85)
Consecución
La serenidad ha descendido,
Todo es tranquilidad.
Sigo durmiendo, aunque la ventana oriental
Enrojece con el amanecer,
En silencio contemplo
Las diez mil formas
Que espontáneamente hecha al mundo
La mano de la naturaleza.
Dulcemente las estaciones alcanzan la plenitud
…y así sucede con los hombres.
21 agosto 2008
Shen Chin. Dinastía Wei.
En aguas bajas
Mis poemas antes tenían
toda la profundidad de la superficie.
Ahora tienen toda la superficialidad
de lo profundo.
Yo sé de la molicie que espera en las aguas bajas.
Mis poemas antes tenían
toda la profundidad de la superficie.
Ahora tienen toda la superficialidad
de lo profundo.
Yo sé de la molicie que espera en las aguas bajas.
20 agosto 2008
Tsé Fung Tsi. Reino de Chou
Bajando el opuesto
Insinúas con tu actitud
que mi excesivo interés te inspira rechazo.
Pero el movimiento es siempre un punto de vista.
Yo digo que es la terraza la que baja su vuelo
alejándose de la grulla.
Insinúas con tu actitud
que mi excesivo interés te inspira rechazo.
Pero el movimiento es siempre un punto de vista.
Yo digo que es la terraza la que baja su vuelo
alejándose de la grulla.
19 agosto 2008
Chung Tshia. Ducado de Ts'in.
Ayer, no estabas
Oigo la abominable música de Cheng.
Su disonancia convierte mi alma en Reinos Combatientes.
No es música del cielo ni del mundo terrenal.
Detesto la pintura de Foh,
porque sus masas intencionalmente mal balanceadas
arrojan a un Mundo Amarillo.
Veo huecos fundidos
que con insolencia arguyen contra las formas.
Maldigo los excecrables poemas de Tut,
porque dan bríos al puñado de arena del centro del oasis;
así, la mancha en la cosecha crece
hasta tomar dimensiones gigantescas
y la pasta del fondo adquiere magisterio sobre el agua clara.
Ayer, no estabas.
.
Oigo la abominable música de Cheng.
Su disonancia convierte mi alma en Reinos Combatientes.
No es música del cielo ni del mundo terrenal.
Detesto la pintura de Foh,
porque sus masas intencionalmente mal balanceadas
arrojan a un Mundo Amarillo.
Veo huecos fundidos
que con insolencia arguyen contra las formas.
Maldigo los excecrables poemas de Tut,
porque dan bríos al puñado de arena del centro del oasis;
así, la mancha en la cosecha crece
hasta tomar dimensiones gigantescas
y la pasta del fondo adquiere magisterio sobre el agua clara.
Ayer, no estabas.
.
18 agosto 2008
Voces
Científicos británicos desarrollaron una fórmula matemática para determinar la voz ideal, tomando en cuenta la entonación y la elocución.
Para tener la voz ideal, sólo hace falta aplicar la fórmula siguiente:
([164.2wpm x 0.48pbs]Fi)=PVQ.
De hecho, para tener una voz perfecta (perfect voice quality, PVQ) se deben pronunciar menos de 164 palabras por minuto (wpm), hacer una pausa de 0,48 segundos entre cada frase (pbs) con una entonación que baja progresivamente al final de las frases (Fi), determinó el estudio.
Para tener la voz ideal, sólo hace falta aplicar la fórmula siguiente:
([164.2wpm x 0.48pbs]Fi)=PVQ.
De hecho, para tener una voz perfecta (perfect voice quality, PVQ) se deben pronunciar menos de 164 palabras por minuto (wpm), hacer una pausa de 0,48 segundos entre cada frase (pbs) con una entonación que baja progresivamente al final de las frases (Fi), determinó el estudio.
17 agosto 2008
Don Quijote
Una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro, con que gana tanta fama como dinero.
16 agosto 2008
- Proverbio Chino
Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aun has de andar y de espaldas a lo ya andado
15 agosto 2008
14 agosto 2008
13 agosto 2008
Proverbio oriental
"Pregunta lo que ignoras y pasarás por tonto cinco minutos; no lo preguntes, y serás tonto la vida entera."
12 agosto 2008
11 agosto 2008
SHIMAKI AKAHIKO (1876 - 1926)
¿a donde ha ido ese perro
que rondaba por aquí?
Esta noche he pensado en él
una vez más
antes de acostarme.
que rondaba por aquí?
Esta noche he pensado en él
una vez más
antes de acostarme.
Mi primera guerra Gila
Aquí os dejo un monólogo menos conocido de mi admirado Gila, que lo disfruteis.Les voy a contar a ustedes por qué fui a la guerra. Yo trabajaba de ascensorista en unos almacenes, y un día, en lugar de apretar el botón del segundo piso, apreté el ombligo de una señora gorda, que era la mujer del gerente, y me despidieron. Me fui a mi casa y me senté en una silla que teníamos para cuando nos despedían, y vino mi tío Cecilio con un periódico que traía un anuncio que decía: "Para una guerra importante, se necesita soldado que mate deprisa". Y dijo, mi abuela: "Apúntate tú que eres despabilado". Y dijo mi hermana: "Pero habrá que comprarle un caballo", pero no lo vendían suelto, tenía que ser con carro y con basura, y dijo mi madre: "Vas a llenar la guerra de moscas, es mejor que la hagas a pie, pero limpio". Entonces mi madre me hizo una tortilla de escabeche y me preparó un termo con caldo y me fui a la guerra. Cuando llegué estaba cerrada, pero había en la puerta una señora que vendía bollos y torrijas, y le pregunté: "Señora, ¿es ésta la guerra del catorce?". Y me dijo: "No, ésta es la del veintiséis, la del catorce es más abajo". "Y sabe a qué hora abren?", pregunté otra vez. Y me dijo: "No creo que tarden mucho porque ya han tocado la trompeta". Entonces me senté en un banco, con un soldado que no mataba porque estaba de luto, y cuando abrieron la guerra entré, pregunté por el comandante y me dijeron que no estaba porque había ido a comprar tanques y albóndigas para el ejército, así que me esperé, y cuando llegó el comandante le dije: "Que vengo por lo del anuncio del periódico, para matar y atacar a la bayoneta y lo que haga falta". Y me preguntó: "Tú que tal matas?".Y dije: "Yo flojito, pero cuando me entrene voy a matar muy deprisa". Y me preguntó: "Traes cañón?". Dije:" yo creía que la herramienta la ponían ustedes". Y me dijo: " Es mejor que traiga cada uno el suyo, así el que rompe paga". Dije: "Yo lo que traigo es una bala que le sobró a mi abuelo de la guerra de las Filipinas. Está muy usada, pero lavándola un poco...". Y dijo el capitán: "Y cuando se te acabe la bala ¿qué?". Dije: "La ato con un hilo, disparo, tiro del hilo y me la traigo otra vez". Y dijo el comandante: " Y si se te rompe el hilo, pierdes el hilo y la bala". Y dije:"Lo que puedo hacer es disparar, ir a buscar la bala y traerla otra vez". Y dijo el teniente:"Es que no vamos a estar pidiéndole una tregua al enemigo cada vez que tengas que ir a buscar la bala. Además, esta bala es muy gorda para los fusiles nuestros". Y dijo el sargento, que era bajito por parte de padre: "Pero limándola un poco...". Y el teniente le llamó imbécil y le arrestó seis días de calabozo por tonto. Entonces me dieron un fusil y seis balas y me dijo el comandante: "Hale, ponte a matar! Aquí se mata de nueve a una y de cuatro a siete, y los sábados por la tarde hacemos semana inglesa". Y me fui a la trinchera, y estaba yo matando tan calentito, con mi tortilla de escabeche y mi fusil, y dijo el capitán:"Prepárate, que vas a ir de espía". Me pusieron una peluca rubia con tirabuzones, una minifalda, una blusita de seda natural, unos zapatos de tacón alto y me fui hasta el enemigo y dije: "Hola!". Y dijo el centinela enemigo:"Qué quieres?". Dije:"Soy Mari Pili". Y dijo:"Tú hace poco que trabajas de espía ¿no?". Dije: "desde hace dos horas". Y me dijo:"Te lo he notado en los pelos de las piernas, ¿Y qué quieres?". Dije:"Que me ha dicho mi comandante que nos deis el avión". (como nos llevábamos bien con el enemigo, con un avión nos arreglábamos todos: los martes, jueves y sábados lo usábamos nosotros y los lunes, miércoles y viernes lo usaba el enemigo, y los domingos se lo alquilábamos a una agencia de viajes, para cubrir gatos). Y me dijo que no me podía dar el avión porque le estaban poniendo un grifo para que fuera a propulsión de chorro. Volví a mi trinchera, le dije al comandante que no me habían querido dar el avión y dijo:"Déjalos, si arrieros somos, y en el camino nos encontraremos!!. Y ahora vas y les bombardeas a pie". Así que me pusieron una bomba debajo del brazo y llegué otra vez donde el enemigo, y me dijo el centinela: "Otra vez, Mari Pili? Y ahora qué quieres?". Dije:"Vengo a tirar la bomba". Y me dijo el comandante enemigo: "A ver si vas a dar a alguien, gracioso". Dije:"Yo soy un mandao, y obedezco órdenes". "Pues muy bien, si obedeces órdenes yo te ordeno que tires la bomba en un charco para que se moje y no explote". Y así lo hice. Tiré la bomba en un charco y no explotó y no maté a nadie. Y cuando volví a mis trincheras, dijo el coronel:" A buenas horas vienes!!". Dije: "Qué ha pasado?". Y dijo: "Que se ha terminado la guerra, que ha venido la policía y como no teníamos al día la licencia de armas se nos han llevado los tanques, los cañones y las ametralladoras". Entonces nos repartimos las albóndigas y las patatas y el perejil de Intendencia y nos fuimos cada uno a su casa y ya no maté a nadie.
LA HISTORIA DE MI VIDA Gila
Les voy a contar a ustedes la historia de mi vida, que es de mucha pena. Así que si algún enfermo del corazón que se tape los oídos.Yo tenía que haber nacido en diciembre, pero no me habían terminao el abrigo y me estuve esperando pa' nacer en agosto, con todo el calor.Y nací, no estaba mi mamá en casa, había salido a pedir perejil a una vecina, y yo nací solo. Y bajé a decírselo a la portera. Dije:-Señora Julia, que... que soy niño, que he nacido y no está mi mamá en casa, ¡a ver quién me da la merienda!Y me dio de merendar la portera. Muy poquito, porque de joven había sido nodriza y había criao once niños y el cajero de un banco, que luego ni se casó con ella ni nada.Y subí a mi casa y cuando vino mi mamá salí a abrir la puerta y le dije:-¡Mamá, he nacido!Dijo mi mamá:-¡Que sea la última vez que naces solo!Y me preguntó que si me había puesto polvos de talco, dije que sí que los había agarrao de la cocina y dijo:-¡Idiota...! Te has puesto el pan rallao.Y entonces escribimos una carta a mi papá, que trabajaba de buzo en París, y vino corriendo, dijo "ahora sí que hay que trabajar", porque ya éramos muchos en mi casa.Éramos nueve hermanos, mi papá, mi mamá y un señor de marrón, que no le conocíamos, que estaba siempre en el pasillo y dormía allí la siesta.Y mi papá se puso muy contento porque hacía ya mucho tiempo que no nos veía.Y como éramos muy pobres y teníamos poco dinero, pues en lugar de gastárnoslo en champán y en tasis y eso, lo echamos en una tómbola y nos tocó una vaca. Bueno, nos dieron a elegir: la vaca o dos pastillas de jabón. Dijo mi mamá:-La vaca, que es más gorda.Y dijo mi papá:-¡Tú con tal de no lavarte, lo que sea!Y llevamos la vaca a casa y la pusimos de nombre Matilde, igual que una tía mía que se había muerto de una tontería. Mi tía se murió porque tenía un padrastro en un dedo, de esos pellejitos, empezó a tirar, a tirar, a tirar y se peló todaY la vaca la pusimos en el comedor, pero todas las visitas se sentaban con la vaca, y luego ni olían a visitas ni nada. Y dijo mi mamá:-¡Pa' tener visitas y no poder olerlas....!Y dijo mi hermana:-¡Eso! -que a mi hermana le gustaba decir cosas-.Y entonces dijo mi mamá:-Ahora eliges entre la vaca o yo.Y dijo mi papá:-Son amores distintos... -y nos quedamos con la vaca-. Y la pusimos en el balcón, pa' que tuviera fresca la leche. Se conoce que tenía un cuerno flojo, se le cayó a la calle y le dio a señor de luto. Y subió muy enfadao y cuando salió mi papá a abrir dijo:-¿Es de usted?Y dijo mi papá:-Yo qué sé, yo que sé -porque mi papá era muy despreocupao-.Y el tío del cuernazo se murió y a mi papá lo metieron preso y se escapó un domingo por la tarde, que no había tasis, y dijo "estoy libre" y se le subió a un señor encima y dijo: "¡Hale, a los toros!" Y lo tuvo que llevar.Y allí le volvieron a detener y entonces, como seguíamos siendo pobres, mi mamá me abandonó en la puerta de unos marqueses, que eran ricos y tenían corbatas, y sopa, de todo. Y por la mañana salió el marqués, me preguntó cómo me llamaba y dije:-Como soy pobre, Pedrito.Dijo el marqués:-Desde hoy te llamarás Luis Enrique Carlos Jorge Alfredo.Y luego me llamaba "Chuchi", y quería que estudiara, para saber dónde están los ríos y eso, pero yo me escapé y me coloqué de ladrón en una banda. Pero lo tuve que dejar enseguida porque me puse enfermo, y todo lo que robaba lo devolvía. Y fui a ver al médico y me dijo que solo podía robar caldo y pescao blanco, y para andar así, pues mejor no.Entonces me coloqué con un fotógrafo, ¡que era muy bueno! ¡Muy bueno! te sacaba muy favorecido. A lo mejor retrataba a un pordiosero todo canijo, sucio, ahí, todo roto, pequeñijo, y en la foto le salía un ingeniero con los ojos verdes ¡que daba gloria!Y un día me equivoqué, puse dinamita en lugar del magnesio, y maté una boda.¡Vamos, quedó un invitao...! pero muy torcido... ni parecía invitado ni nada.Y además, como no sabía multiplicar, pues no podía hacer fotos de 6 x 9.Así que me echaron, y ahora ya no hago nada. Solo andar despacito, y sentarme... algunas veces.Y esta es mi vida. Buenas tardes, o, lo que sea
¿Es la guerra? ¡Que se ponga! (Miguel Gila Cuesta)
Para Ben
¿Es la guerra? ¡Que se ponga! Explicaba que desde que nació hasta cumplir los tres años fue una hermosa niña de ojos azules y rubios tirabuzones, pero como la gente de aquella época era muy antigua empezaron a criticarle porque decían que los niños tenían que ser morenos y con bigote; así que no le quedó más remedio que hacerse niño. Hecho casi medio hombre y con cuatro pelos de bigote se enroló en el 5º Regimiento del Ejercito Republicano, y después de pasar hambre y correr mas que un galgo, fue hecho prisionero y fusilado en Córdoba por las tropas del General Yagüe. Según él, lo fusilaron mal porque estaban borrachos y no acertaron. Decía que prefería tres guerras a un servicio militar: " ¿Qué es eso de derecha, AR; media vuelta, AR; izquierda, AR? ¿ Y la manía que tienen de que todos vayan al mismo paso, pierna arriba, brazo abajo, derecha, izquierda, derecha izquierda derecha, AR? Si parecen coristas." En el año 1951 debutó en el teatro con sus inolvidables monólogos y teléfono en mano (cabe recordar que Telefónica le obsequió con un teléfono de plata por lo mucho que hizo el humorista con el teléfono durante más de 40 años), y a través del cual comunicaba la maldad de los hombres dicha con la ingenuidad de los niños. ¡Y cuánto sabia y lo que se callaba! - ¿Está el enemigo? ¡Que se ponga!. Que hoy no disparéis de 4 a 6 porque dan el Tour, y que a ver si me devolvéis la bala porque no me quedan más. - ¿Está Dios?. ¡Que se ponga!. - Que me da igual el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo; ... es igual ¿eres San Pedro? - Bueno, que por aquí debes tener a uno vestido con una camisa roja y con un teléfono en la mano,... si, si, ... que comunica y no puedo hablar directamente con él. Le dices que soy su sargento, que cuelgue y que vuelva, porque estábamos en formación y les di descanso, y el se ha marchado al cielo.
¿Es la guerra? ¡Que se ponga! Explicaba que desde que nació hasta cumplir los tres años fue una hermosa niña de ojos azules y rubios tirabuzones, pero como la gente de aquella época era muy antigua empezaron a criticarle porque decían que los niños tenían que ser morenos y con bigote; así que no le quedó más remedio que hacerse niño. Hecho casi medio hombre y con cuatro pelos de bigote se enroló en el 5º Regimiento del Ejercito Republicano, y después de pasar hambre y correr mas que un galgo, fue hecho prisionero y fusilado en Córdoba por las tropas del General Yagüe. Según él, lo fusilaron mal porque estaban borrachos y no acertaron. Decía que prefería tres guerras a un servicio militar: " ¿Qué es eso de derecha, AR; media vuelta, AR; izquierda, AR? ¿ Y la manía que tienen de que todos vayan al mismo paso, pierna arriba, brazo abajo, derecha, izquierda, derecha izquierda derecha, AR? Si parecen coristas." En el año 1951 debutó en el teatro con sus inolvidables monólogos y teléfono en mano (cabe recordar que Telefónica le obsequió con un teléfono de plata por lo mucho que hizo el humorista con el teléfono durante más de 40 años), y a través del cual comunicaba la maldad de los hombres dicha con la ingenuidad de los niños. ¡Y cuánto sabia y lo que se callaba! - ¿Está el enemigo? ¡Que se ponga!. Que hoy no disparéis de 4 a 6 porque dan el Tour, y que a ver si me devolvéis la bala porque no me quedan más. - ¿Está Dios?. ¡Que se ponga!. - Que me da igual el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo; ... es igual ¿eres San Pedro? - Bueno, que por aquí debes tener a uno vestido con una camisa roja y con un teléfono en la mano,... si, si, ... que comunica y no puedo hablar directamente con él. Le dices que soy su sargento, que cuelgue y que vuelva, porque estábamos en formación y les di descanso, y el se ha marchado al cielo.
10 agosto 2008
Franz Kafka, Cuadernos en octava
—¿Por qué no huyen volando? —pregunté.
—¿Huir volando de nuestra ciudad? ¿Abandonar la patria? ¿Nuestros muertos, nuestros dioses?
—¿Huir volando de nuestra ciudad? ¿Abandonar la patria? ¿Nuestros muertos, nuestros dioses?
06 agosto 2008
Manuel Vázquez Montalbán
INÚTIL ESCRUTAR TAN ALTO CIELO
Inútil escrutar tan alto cielo
inútil cosmonauta el que no sabe
el nombre de las cosas que le ignoran
el color del dolor que no le mata
inútil cosmonauta
el que contempla estrellas
para no ver las ratas.
Inútil escrutar tan alto cielo
inútil cosmonauta el que no sabe
el nombre de las cosas que le ignoran
el color del dolor que no le mata
inútil cosmonauta
el que contempla estrellas
para no ver las ratas.
05 agosto 2008
De 'Franquito' a ¡Franco, Franco, Franco!
"Mandamos a todos los sacerdotes que desde el día de la ratificación del Concordato, en el curso de la santa misa, rezada o cantada, exceptuando las misas de difuntos, en las primeras oraciones, en las secretas y en las poscomuniones añadan a la oración Et formulas las palabras Ducem nostrum Franciscum". (El cardenal primado Plà y Daniel, 1953).
Tampoco se subleva Franco con Sanjurjo en 1932, pero ayuda a reprimir salvajemente la revuelta asturiana de 1934, la Legión por delante, la misma Legión a la que había permitido cortar orejas y cabezas de los moros muertos o acuchillarlos in situ si se ponían plañideramente pesados (lean, si quieren comprobarlo, la primera edición de Diario de una bandera).
Así como Kindelán, Mola, Orgaz, Galera, Barba... estuvieron conspirando contra la República desde que fue proclamada, Franco se dejaba querer y ayudaba indirectamente, devolviendo posiciones claves a militares antirrepublicanos durante su etapa de jefe de Estado Mayor a las órdenes del ministro Gil-Robles. Se dejaba querer y tardó en subirse a la conspiración del 36, hasta el punto de que sus compañeros de conjura llegaron a llamarle Miss Canarias por lo mucho que se dejaba cortejar, y Queipo, cuando supo que Franco se había cortado el bigote para subir al Dragon Rapide y así poder encabezar la Cruzada desde África, comentó: "Ese bigote es lo único que Franco ha sacrificado por el Alzamiento".
"Oh, ruina del Alcázar./ Yo mirarte no puedo, / convulsa flor de otoño, sin asombro / Vivero de esforzados capitanes. / Nido de gavilanes. / Huevo de águila: Franco es el que nombro".
De momento Gerardo Diego ya le ha confesado su amor. Pero atiendan al rosario de declaraciones: "El Caudillo es como la encarnación de la patria y tiene el poder recibido por Dios para gobernarnos..." (del Catecismo patriótico español, publicado en Salamanca en 1939). Ridruejo tampoco se había quedado corto: "Padre de paz en armas, tu bravura / ya en Occidente extrema la sorpresa, / en Levante dilata la hermosura...". La Estafeta Literaria lo compara con Cervantes, sin duda tras haber leído Diario de una bandera o Raza. Manuel Aznar proclama que Franco era arquitecto de capitanes de la historia y que su espada estaba por encima de la que había vencido a los sarracenos en las Navas de Tolosa. Cunqueiro, Álvaro, tras sostener que Franco era el Sol, añadía que la mirada del Señor le escogió entre los soldados: "De ella está ungido. El Señor bruñó su espada y el santo Uriel arcángel le enseñó a pasearse entre las llamas...". Laín Entralgo afirma que al burgués y al empresario hay que oponerle el modelo de jefe, "... más acorde con nuestro concepto militar de la vida". Pero quizá nadie como Pemán y Ernesto Jiménez Caballero para poner las cosas en su sitio. Empecemos por Jiménez Caballero, el partidario de casar a Pilar Primo de Rivera con Hitler y de masculinizar la Falange hasta el punto de llamarla Falanjo: "Nosotros hemos visto caer lágrimas de Franco sobre el cuerpo de esta madre, de esta mujer, de esta hija suya que es España, mientras en las manos le corría la sangre y el dolor del sacro cuerpo en estertores. ¿Quién se ha metido en las entrañas de España como Franco, hasta el punto de no saber ya si Franco es España o España es Franco? ¡Oh, Franco, caudillo nuestro, padre de España! ¡Adelante! ¡Atrás, canallas y sabandijas del mundo!".En cuanto a Pemán, a él se debe uno de los botafumeiros más impresionantes que perfumaron de incienso la efigie del Caudillo y avalaron aquel ¡Franco, Franco, Franco! con que las notas de prensa resumían la aclamación popular, en recuerdo de la eufonía del Sanctus, sanctus, sanctus: "Sabe marchar bajo palio con ese paso natural y exacto que parece que va sometiéndose por España y disculpándose por él. Se le transparenta en el gesto paternal la clara conciencia de lo que tiene de ancha totalidad nacional la obra que él resume y preside. Parece que lleva consigo a todas las ceremonias y liturgias protocolarias el honor de los caídos.
Parece que lleva, sobre su pecho, la laureada como ofreciéndosela, un poco, a todos. Éste era el caudillo que necesitaba esta hora de España, difícil, delicada y de frágil tratamiento, como toda contienda civil. Todo, la guerra o la integración, el avance cotidiano o el cotidiano gobierno, había que manipularlo con mano firme y suave. Se necesitaba un hombre cuya imparcialidad fuera absoluta, cuya energía fuese serena, cuya paciencia fuese total. Había que tener un pulso exacto para combatir sin odio y atraer sin remordimiento. Había que escuchar a todos y no transigir con nadie. Había que llevar hacia allí, en dosis exactas, el perdón, el castigo y la catequesis; como hacia aquí, en exactas paridades, la camisa azul, la boina roja y la estrella de capitán general. Conquistó la zona roja como si la acariciara: ahorrando vidas, limitando bombardeos. No se dejó arrebatar nunca porque estaba seguro de España y de sí mismo. Éste es Francisco Franco, Caudillo de España. Concedámosle, españoles, el ancho y silencioso crédito que se tiene ganado. En Viñuelas hay un hombre que sabe dónde va. Que lo supo siempre. Y que, gracias a su paso inalterable sobre toda impaciencia, nos devolvió a España a su tiempo y nos rescató intactas muchas cosas que estuvieron en gran peligro. Lo que hizo en la guerra, lo hará en la paz".
El cardenal Plà y Daniel aprovechó el sermón de bodas dirigido a Carmen Franco y el marqués de Villaverde para equiparar la pareja de la Virgen María y san José con la de Franco y doña Carmen, y entre las metáforas la lista da que pensar sobre la poesía como laboratorio del lenguaje: "... desde 'padre adoptivo de la provincia' hasta 'la figura más importante del siglo XX', pasando por 'espiga de la paz', 'vencedor del dragón de siete colas', 'el cirujano necesario', 'el gran arquitecto', 'el redentor de los presos', 'guerrero elegido por la gracia de Dios', 'vencedor de la muerte', '... el que sube las cuestas que es un contento', 'clínicamente: genial', 'enviado de Dios', 'padre que ama y vigila', 'voz de hierro', 'centinela de Occidente', cientos, miles de imágenes de esplendor y gloria".
Pero yo me quedo con aquella perla que le dedicara Joaquín Arrarás cuando lo imaginaba conduciendo la nave de la nueva España, la nave de la muerte, la tortura, la expatriación, la desidentificación para tantos de sus compatriotas: "Timonel de la dulce sonrisa".
Vázquez Montalbán
Tampoco se subleva Franco con Sanjurjo en 1932, pero ayuda a reprimir salvajemente la revuelta asturiana de 1934, la Legión por delante, la misma Legión a la que había permitido cortar orejas y cabezas de los moros muertos o acuchillarlos in situ si se ponían plañideramente pesados (lean, si quieren comprobarlo, la primera edición de Diario de una bandera).
Así como Kindelán, Mola, Orgaz, Galera, Barba... estuvieron conspirando contra la República desde que fue proclamada, Franco se dejaba querer y ayudaba indirectamente, devolviendo posiciones claves a militares antirrepublicanos durante su etapa de jefe de Estado Mayor a las órdenes del ministro Gil-Robles. Se dejaba querer y tardó en subirse a la conspiración del 36, hasta el punto de que sus compañeros de conjura llegaron a llamarle Miss Canarias por lo mucho que se dejaba cortejar, y Queipo, cuando supo que Franco se había cortado el bigote para subir al Dragon Rapide y así poder encabezar la Cruzada desde África, comentó: "Ese bigote es lo único que Franco ha sacrificado por el Alzamiento".
"Oh, ruina del Alcázar./ Yo mirarte no puedo, / convulsa flor de otoño, sin asombro / Vivero de esforzados capitanes. / Nido de gavilanes. / Huevo de águila: Franco es el que nombro".
De momento Gerardo Diego ya le ha confesado su amor. Pero atiendan al rosario de declaraciones: "El Caudillo es como la encarnación de la patria y tiene el poder recibido por Dios para gobernarnos..." (del Catecismo patriótico español, publicado en Salamanca en 1939). Ridruejo tampoco se había quedado corto: "Padre de paz en armas, tu bravura / ya en Occidente extrema la sorpresa, / en Levante dilata la hermosura...". La Estafeta Literaria lo compara con Cervantes, sin duda tras haber leído Diario de una bandera o Raza. Manuel Aznar proclama que Franco era arquitecto de capitanes de la historia y que su espada estaba por encima de la que había vencido a los sarracenos en las Navas de Tolosa. Cunqueiro, Álvaro, tras sostener que Franco era el Sol, añadía que la mirada del Señor le escogió entre los soldados: "De ella está ungido. El Señor bruñó su espada y el santo Uriel arcángel le enseñó a pasearse entre las llamas...". Laín Entralgo afirma que al burgués y al empresario hay que oponerle el modelo de jefe, "... más acorde con nuestro concepto militar de la vida". Pero quizá nadie como Pemán y Ernesto Jiménez Caballero para poner las cosas en su sitio. Empecemos por Jiménez Caballero, el partidario de casar a Pilar Primo de Rivera con Hitler y de masculinizar la Falange hasta el punto de llamarla Falanjo: "Nosotros hemos visto caer lágrimas de Franco sobre el cuerpo de esta madre, de esta mujer, de esta hija suya que es España, mientras en las manos le corría la sangre y el dolor del sacro cuerpo en estertores. ¿Quién se ha metido en las entrañas de España como Franco, hasta el punto de no saber ya si Franco es España o España es Franco? ¡Oh, Franco, caudillo nuestro, padre de España! ¡Adelante! ¡Atrás, canallas y sabandijas del mundo!".En cuanto a Pemán, a él se debe uno de los botafumeiros más impresionantes que perfumaron de incienso la efigie del Caudillo y avalaron aquel ¡Franco, Franco, Franco! con que las notas de prensa resumían la aclamación popular, en recuerdo de la eufonía del Sanctus, sanctus, sanctus: "Sabe marchar bajo palio con ese paso natural y exacto que parece que va sometiéndose por España y disculpándose por él. Se le transparenta en el gesto paternal la clara conciencia de lo que tiene de ancha totalidad nacional la obra que él resume y preside. Parece que lleva consigo a todas las ceremonias y liturgias protocolarias el honor de los caídos.
Parece que lleva, sobre su pecho, la laureada como ofreciéndosela, un poco, a todos. Éste era el caudillo que necesitaba esta hora de España, difícil, delicada y de frágil tratamiento, como toda contienda civil. Todo, la guerra o la integración, el avance cotidiano o el cotidiano gobierno, había que manipularlo con mano firme y suave. Se necesitaba un hombre cuya imparcialidad fuera absoluta, cuya energía fuese serena, cuya paciencia fuese total. Había que tener un pulso exacto para combatir sin odio y atraer sin remordimiento. Había que escuchar a todos y no transigir con nadie. Había que llevar hacia allí, en dosis exactas, el perdón, el castigo y la catequesis; como hacia aquí, en exactas paridades, la camisa azul, la boina roja y la estrella de capitán general. Conquistó la zona roja como si la acariciara: ahorrando vidas, limitando bombardeos. No se dejó arrebatar nunca porque estaba seguro de España y de sí mismo. Éste es Francisco Franco, Caudillo de España. Concedámosle, españoles, el ancho y silencioso crédito que se tiene ganado. En Viñuelas hay un hombre que sabe dónde va. Que lo supo siempre. Y que, gracias a su paso inalterable sobre toda impaciencia, nos devolvió a España a su tiempo y nos rescató intactas muchas cosas que estuvieron en gran peligro. Lo que hizo en la guerra, lo hará en la paz".
El cardenal Plà y Daniel aprovechó el sermón de bodas dirigido a Carmen Franco y el marqués de Villaverde para equiparar la pareja de la Virgen María y san José con la de Franco y doña Carmen, y entre las metáforas la lista da que pensar sobre la poesía como laboratorio del lenguaje: "... desde 'padre adoptivo de la provincia' hasta 'la figura más importante del siglo XX', pasando por 'espiga de la paz', 'vencedor del dragón de siete colas', 'el cirujano necesario', 'el gran arquitecto', 'el redentor de los presos', 'guerrero elegido por la gracia de Dios', 'vencedor de la muerte', '... el que sube las cuestas que es un contento', 'clínicamente: genial', 'enviado de Dios', 'padre que ama y vigila', 'voz de hierro', 'centinela de Occidente', cientos, miles de imágenes de esplendor y gloria".
Pero yo me quedo con aquella perla que le dedicara Joaquín Arrarás cuando lo imaginaba conduciendo la nave de la nueva España, la nave de la muerte, la tortura, la expatriación, la desidentificación para tantos de sus compatriotas: "Timonel de la dulce sonrisa".
Vázquez Montalbán
04 agosto 2008
Polémicas
Mutaciones
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
EL PAÍS, 22 / 3 / 1999.
Me atraen los casos de esenciales reconversiones ideológicas, especialmente los que implican transmigración de las almas o incluso transubstanciación. Si bien nuestra transición ha dado para todo un tratado de transfuguismos, poco se ha hablado todavía de la transmigración de las almas, evidente en el caso del señor Gortazar (bandera roja, es decir, a la izquierda del PCE en su juventud, luego afiliado al PCE tras el encuentro teologal entre Bandera Roja y Carrillo y ahora destacado pepero, flagelo del castrismo y uno de los más fieles apologetas de Mas Canosa). Migró el alma guevariana que había descendido sobre Gortazar desde Sierra Maestra y fue sustituida por la de Mas Canosa, que bajó a buscarle desde Monte Peregrino, la montaña sagrada neoliberal.
En cambio, el señor Piqué es caso de transubstanciación, puesto que viene del PSUC (los entonces llamados comunistas catalanes), y ahora se bate el cobre por el PP tras pasar como un alma en gloria por los aledaños del pujolismo. Piqué, descubierto por Borrell como el eslabón débil del PP, ha tenido que defenderse de la sospecha de un enriquecimiento poco escrupuloso. Tras su desliz comunista (tan formativo para los hijos de la burguesía como el excursionismo a lo Baden Powell o el voluntariado en la Salvation Army), descubrió que el futuro existe y hay que afrontarlo desde la teología de la seguridad, sobre todo en estos tiempos en que el neoliberalismo crea neopobrezas. Quien a los veinte años no era pobre y rojo no tenía corazón; pero quien a los cuarenta sigue siendo pobre y rojo es un gilipollas, carne de banquete caníbal neoliberal.
Borrell no lo entiende, pero Piqué, que fue comunista y hoy es neoliberal, merece un máster en transubstanciación en la tierra y sentarse en el cielo, por lo menos, a la diestra del presidente del Banco Pontificio.
Mejor mutante que fósil
GUILLERMO GORTÁZAR
EL PAÍS, Cartas al director, 4 / 5 / 1999.
Al señor Vázquez Montalbán le atraen los casos de reconversiones ideológicas y por ello nos ha dedicado una columna a este diputado y al ministro de Industria, señor Piqué. Personalmente agradezco al señor Vázquez Montalbán que me reconozca la "mutación", toda vez que, por propia naturaleza, mutar es algo positivo. En efecto, las mutaciones son un mecanismo biológico, dentro de la moderna teoría de la evolución, que sirven para mejorar las especies. Por ello estoy orgulloso de ser un mutante, de haber cambiado desde un cierto romanticismo juvenil, en el que imperaba sobre todo una general rebeldía antidictatorial, a un liberalismo respetuoso, conectado con la realidad de nuestro tiempo, en el que la experiencia y la evidencia son los datos esenciales, y estas referencias son las que deberían hacer reflexionar a quienes no mutan en absoluto y se convierten en fósiles, como es su caso.
Y es que, señor Vázquez Montalbán, es mejor ser mutante que fósil. Los fósiles, a diferencia de los mutantes, están en vitrinas, en los museos, petrificados ante el paso del tiempo. Me recrimina usted ser "flagelo de Fidel Castro". Lo lamento, pero yo siempre he caído del lado de la libertad, y por ello no puedo compartir su admiración por Fidel Castro. Comprendo que un fósil admire a otro fósil y le dedique una hagiografía. Supongo que su próxima publicación será un libro elogioso de Milosevic, otro fósil. Entretanto, le reitero mi agradecimiento por colocarme en el lugar más lejano posible de sus preferencias en lo que se refiere a la evolución de las especies.
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
EL PAÍS, 22 / 3 / 1999.
Me atraen los casos de esenciales reconversiones ideológicas, especialmente los que implican transmigración de las almas o incluso transubstanciación. Si bien nuestra transición ha dado para todo un tratado de transfuguismos, poco se ha hablado todavía de la transmigración de las almas, evidente en el caso del señor Gortazar (bandera roja, es decir, a la izquierda del PCE en su juventud, luego afiliado al PCE tras el encuentro teologal entre Bandera Roja y Carrillo y ahora destacado pepero, flagelo del castrismo y uno de los más fieles apologetas de Mas Canosa). Migró el alma guevariana que había descendido sobre Gortazar desde Sierra Maestra y fue sustituida por la de Mas Canosa, que bajó a buscarle desde Monte Peregrino, la montaña sagrada neoliberal.
En cambio, el señor Piqué es caso de transubstanciación, puesto que viene del PSUC (los entonces llamados comunistas catalanes), y ahora se bate el cobre por el PP tras pasar como un alma en gloria por los aledaños del pujolismo. Piqué, descubierto por Borrell como el eslabón débil del PP, ha tenido que defenderse de la sospecha de un enriquecimiento poco escrupuloso. Tras su desliz comunista (tan formativo para los hijos de la burguesía como el excursionismo a lo Baden Powell o el voluntariado en la Salvation Army), descubrió que el futuro existe y hay que afrontarlo desde la teología de la seguridad, sobre todo en estos tiempos en que el neoliberalismo crea neopobrezas. Quien a los veinte años no era pobre y rojo no tenía corazón; pero quien a los cuarenta sigue siendo pobre y rojo es un gilipollas, carne de banquete caníbal neoliberal.
Borrell no lo entiende, pero Piqué, que fue comunista y hoy es neoliberal, merece un máster en transubstanciación en la tierra y sentarse en el cielo, por lo menos, a la diestra del presidente del Banco Pontificio.
Mejor mutante que fósil
GUILLERMO GORTÁZAR
EL PAÍS, Cartas al director, 4 / 5 / 1999.
Al señor Vázquez Montalbán le atraen los casos de reconversiones ideológicas y por ello nos ha dedicado una columna a este diputado y al ministro de Industria, señor Piqué. Personalmente agradezco al señor Vázquez Montalbán que me reconozca la "mutación", toda vez que, por propia naturaleza, mutar es algo positivo. En efecto, las mutaciones son un mecanismo biológico, dentro de la moderna teoría de la evolución, que sirven para mejorar las especies. Por ello estoy orgulloso de ser un mutante, de haber cambiado desde un cierto romanticismo juvenil, en el que imperaba sobre todo una general rebeldía antidictatorial, a un liberalismo respetuoso, conectado con la realidad de nuestro tiempo, en el que la experiencia y la evidencia son los datos esenciales, y estas referencias son las que deberían hacer reflexionar a quienes no mutan en absoluto y se convierten en fósiles, como es su caso.
Y es que, señor Vázquez Montalbán, es mejor ser mutante que fósil. Los fósiles, a diferencia de los mutantes, están en vitrinas, en los museos, petrificados ante el paso del tiempo. Me recrimina usted ser "flagelo de Fidel Castro". Lo lamento, pero yo siempre he caído del lado de la libertad, y por ello no puedo compartir su admiración por Fidel Castro. Comprendo que un fósil admire a otro fósil y le dedique una hagiografía. Supongo que su próxima publicación será un libro elogioso de Milosevic, otro fósil. Entretanto, le reitero mi agradecimiento por colocarme en el lugar más lejano posible de sus preferencias en lo que se refiere a la evolución de las especies.
03 agosto 2008
La soledad del manager (Vázquez Montalban)
"Yo también tuve mis ideas, pero ahora sólo me quedan una cuantas vísceras en muy buen uso"
02 agosto 2008
Los Mares del Sur (Vázquez Montalbán)
“Los detectives privados somos los termómetros de la moral establecida.”
01 agosto 2008
Los Mares del Sur (Vázquez Montalbán)
“Los detectives privados somos tan útiles como los traperos. Rescatamos de la basura lo que aún no es basura. O lo que bien visto podría dejar de ser considerado basura.”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)