31 marzo 2008
29 marzo 2008
Cronica de tambores Alonso Rabí (Peru)
Sardanapalo,
enfermo de gloria y melancolia,
mando despellejar
a 100 de sus subditos.
Y con la suave piel
fabrico tambores
para honrar
las fiestas.
Asi explicaron
los sabios de su imperio
el curioso enigma
de la musica gimiente.
enfermo de gloria y melancolia,
mando despellejar
a 100 de sus subditos.
Y con la suave piel
fabrico tambores
para honrar
las fiestas.
Asi explicaron
los sabios de su imperio
el curioso enigma
de la musica gimiente.
27 marzo 2008
Entrevista de Aurora Rodríguez Morón a Curro Fortuny
¿Qué significa escribir hoy día un auto sacramental como Evangelio de Lucifer? ¿Una audacia, un anacronismo o un ejercicio de libertad intelectual?
F.F. No niego que pueda parecer una audacia, pero en realidad no lo es; creo que más bien es todo lo contrario: un acto de humildad. Durante demasiados años nos hemos empeñado los escritores que nacimos en el siglo XX en considerar la novedad y la originalidad como un objetivo artístico superior, y eso con frecuencia ha dado lugar a obras asemánticas o, peor aún, triviales, textos semánticos no significativos. El escritor no quería buscar modelos fuera de sí mismo y, ante el fracaso de tan utópica tentativa, ha acabado imitando el modelo más de moda, entendiendo que la moda es un indicador de lo más moderno: lo más nuevo. No obstante, bien harto sabemos que la moda es, por definición, efímera, y sólo lo digno de permanencia puede ser candidato a la categoría de clásico. Por tanto, la busca de modelos anacrónicos es una forma original de acceso a la condición de clásico y de lucha sin cuartel contra la pena máxima a que nos condena la moda. El modelo clásico se resiste en principio a los contenidos modernos. En consecuencia, no se trata tanto de un ejercicio de libertad intelectual, que también, si no más bien de un reto incentivador de la inteligencia lingüística del poeta. Hay que ingeniárselas ante las dificultades: y ese necesario ingenio potencia la creatividad.
F.F. No niego que pueda parecer una audacia, pero en realidad no lo es; creo que más bien es todo lo contrario: un acto de humildad. Durante demasiados años nos hemos empeñado los escritores que nacimos en el siglo XX en considerar la novedad y la originalidad como un objetivo artístico superior, y eso con frecuencia ha dado lugar a obras asemánticas o, peor aún, triviales, textos semánticos no significativos. El escritor no quería buscar modelos fuera de sí mismo y, ante el fracaso de tan utópica tentativa, ha acabado imitando el modelo más de moda, entendiendo que la moda es un indicador de lo más moderno: lo más nuevo. No obstante, bien harto sabemos que la moda es, por definición, efímera, y sólo lo digno de permanencia puede ser candidato a la categoría de clásico. Por tanto, la busca de modelos anacrónicos es una forma original de acceso a la condición de clásico y de lucha sin cuartel contra la pena máxima a que nos condena la moda. El modelo clásico se resiste en principio a los contenidos modernos. En consecuencia, no se trata tanto de un ejercicio de libertad intelectual, que también, si no más bien de un reto incentivador de la inteligencia lingüística del poeta. Hay que ingeniárselas ante las dificultades: y ese necesario ingenio potencia la creatividad.
24 marzo 2008
23 marzo 2008
Cartas a Lucilio. Seneca.
De nada aprovecha el fingimiento; a pocos miente un rostro ligeramente aderezado por fuera. La verdad es identica en todas sus partes; la hipocresia no tiene consistencia alguna: la mentira es endeble: transparenta cuando la examinamos con atencion.
14 marzo 2008
El largo aliento Raymond Chandler
"No hay trampa más mortal –reflexiona Marlowe– que la que se prepara uno mismo."
05 marzo 2008
Escrito al pasar por Qu'e Tao Yuanming
He crecido sin contemplar la vida del mundo,
dedicado de corazón a los libros y al koto.
Vestía ropas toscas, feliz y satisfecho,
en general vacío, pero siempre en paz.
Un día, sorpresivamente, el momento llegó
en que dejé todo y me encontré en el camino.
Preparé mi bolso por la mañana, dejé mi cayado
y abandoné mi granja.
Lejos, lejos va el bote solitario,
sin fin, sin fin mis cavilaciones buscando la vuelta.
¿Que si es largo mi viaje? He bajado y subido colinas por miles de kilómetros.
Mis ojos agotados de tantos ríos y caminos desconocidos,
mi corazón anhela retornar a mis colinas y lagos.
Contemplo las nubes y me mortifican las aves lejanas,
miro las aguas, me avergüenzan los errabundos peces.
Desde el principio el ideal verdadero se mantuvo en mi pecho
¿quien dice que me dejo llevar por las formas exteriores?
Por ahora sólo seguiré el curso de los acontecimientos
y al final retornaré a la casa y a los principios.
dedicado de corazón a los libros y al koto.
Vestía ropas toscas, feliz y satisfecho,
en general vacío, pero siempre en paz.
Un día, sorpresivamente, el momento llegó
en que dejé todo y me encontré en el camino.
Preparé mi bolso por la mañana, dejé mi cayado
y abandoné mi granja.
Lejos, lejos va el bote solitario,
sin fin, sin fin mis cavilaciones buscando la vuelta.
¿Que si es largo mi viaje? He bajado y subido colinas por miles de kilómetros.
Mis ojos agotados de tantos ríos y caminos desconocidos,
mi corazón anhela retornar a mis colinas y lagos.
Contemplo las nubes y me mortifican las aves lejanas,
miro las aguas, me avergüenzan los errabundos peces.
Desde el principio el ideal verdadero se mantuvo en mi pecho
¿quien dice que me dejo llevar por las formas exteriores?
Por ahora sólo seguiré el curso de los acontecimientos
y al final retornaré a la casa y a los principios.
RED NEURONAL Hans Magnus Enzensberger
Piensa en un árbol de baobab,
gigante rico en ramas,
y puéblalo en la imaginación
con miles de diminutos monos;
imagínate cómo trepan,
se balancean, cómo se agarran
entre sí, colgándose de rama en rama;
hasta que se dejan caer, toman el viento, se juntan, están absortos
-¡piénsalo, oh pobre pensador!
Después saltan de nuevo,
rabiando veloces, pululando eléctricos,
vacilan y se precipitan;
o están allí sentados, simplemente así,
flojos y se rascan soñadores,
hasta el próximo ataque. - ¡Ay del que
quiera describir todo eso!
Ríe, horrorízate, maravíllate,
pero deja, antes de volverte loco,
de reflexionar sobre la reflexión.
gigante rico en ramas,
y puéblalo en la imaginación
con miles de diminutos monos;
imagínate cómo trepan,
se balancean, cómo se agarran
entre sí, colgándose de rama en rama;
hasta que se dejan caer, toman el viento, se juntan, están absortos
-¡piénsalo, oh pobre pensador!
Después saltan de nuevo,
rabiando veloces, pululando eléctricos,
vacilan y se precipitan;
o están allí sentados, simplemente así,
flojos y se rascan soñadores,
hasta el próximo ataque. - ¡Ay del que
quiera describir todo eso!
Ríe, horrorízate, maravíllate,
pero deja, antes de volverte loco,
de reflexionar sobre la reflexión.
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